Por favor, ¡enójate!

Cuando los sentimientos de ira y enojo no se pueden reconocer y manejar abiertamente, van formando en el interior un “fondo emocional negativo” altamente tóxico, que va envenenando nuestra vida y nuestras relaciones. Es frecuente que ésta sea una de las causas principales de las enfermedades psicosomáticas.

Las formas más comunes de bloquear del enojo y de la ira son:

  1. Sofocarlos inconscientemente

“Yo nunca me enojo. No hay nada lo suficientemente importante como para enojarse. Claro que me doy cuenta de que es arrogante y me maltrata, pero a mí no me afecta. No me importa en lo más mínimo”.

  1. Sofocarlos conscientemente

“Estoy enojado pero eso no significa que me rinda, simplemente me controlo y olvido. Me doy un regaderazo y se me quita. Me tomo un tranquilizante en el día, un somnífero en la noche para dormir y desaparece. Doy un paseo y olvido. Se me olvida rápidamente. Cuando estoy un poco enojado me tomo unos tragos de alcohol y se me quita. Yo, ¿enojarme? ¡Nunca! Me río de los problemas. Hace enojar a otras personas, pero yo no se lo permito. A mi no me hace enojar”.

  1. Posponerlo

“¿Por qué no pensé en eso antes? ¿Por qué siempre pienso la respuesta correcta hasta que ya es muy tarde? No me enojé cuando eso sucedió ni ahora que lo platico, pero  me duele mucho la cabeza. Siempre me molesta, pero soy tan tonto que hasta después me doy cuenta. Si esta persona estuviera aquí, le diría realmente lo que pienso. ¿Se imaginan? Ahora que lo pienso, me da coraje”.

  1. Transferirlo

Enojos repentinos, sin razón aparente. Enojos fuertes por ofensas imaginarias, inexistentes o muy pequeñas. Acumular o exagerar viejas ofensas o problemas y descargarlas en alguien inocente sin razón alguna. Resentimiento contra uno mismo. Voltear la ira contra sí mismo y deprimirse. Ideas paranoicas: todos están en contra de mi.

  1. Racionalizarlo y diluirlo

“Debe estar enfermo y sé que no puede evitarlo; así es que no puedo enojarme con él. La gente civilizada, lógica y racional es calmada; la cabeza es la que controla. La gente madura no se enoja; sólo los tontos lo hacen. Mañana ella lo sentirá más que yo. ¿para qué me enojo?. Uno no se puede enojar con los niños. ¿Qué te hace pensar que estoy enojado? Ni siquiera he alzado la voz. Simplemente me pongo a hacer otra cosa y mi enojo desaparece. Por favor, no hables tan fuerte. La gente nos va a escuchar y es de muy mal gusto. Parece que estoy enojado pero no es cierto. ¿Quién está enojado? Ni estoy enojado ni estoy gritando. Estoy hablando más fuerte sólo porque me interesa la discusión”.

  1. Tratar de se indiferente

“No siento nada”.

Por favor, sé consciente de tu sentimiento

Los aprendizajes que debes hacer para evitar el malestar físico y emocional del enojo no manejado adecuadamente, son:

– Darse cuenta o ser consciente de estar o sentirse molesto, incomodo, enojado.

– Ser consciente y darse cuenta de las molestias físicas asociadas al sentimiento de molestia, ira o enojo: color de la cara, latidos del corazón, nervios y músculos crispados o apretados, etc.

– Ser consciente y darse cuenta de los deseos de gritar, de decir malas palabras, de insultar, de hacer aspavientos con las manos y brazos.

– Ser consciente y darse cuenta de los deseos de golpear, de lastimar o de irse.

– Ser consciente y darse cuenta del deseo de hablar, de contestar, de reclamar.

El primer paso en el proceso de manejar adecuadamente la agresividad es ser consciente, darte cuenta y aceptar tus sentimientos de molestia, ira, enojo. Acepta tus sentimientos en forma cada vez más natural y espontánea, para que puedas manejarlos adecuadamente.

Con afecto

Arturo y Gema

www.arturoygema.com

Volar con las alas rotas

“Vivir con el interior herido es como querer volar con las alas rotas”
Volar con las alas rotas se parece a aquella historia de una amiga muy querida que desde niña tenía problemas interiores, se manifestaban en una compulsión por comerse las uñas.  Empezó poco a poco y siguió creciendo a tal grado, que sus pequeños dedos se fueron deformando: ya no parecían dedos, parecían pequeños muñones. Al ir creciendo esa parte de su cuerpo le avergonzaba y trataba de ocultar sus manos sin lograrlo. Así fue avanzando por la vida “volando con sus alas rotas”, buscando todo tipo de soluciones, remedios y alternativas, sin tener éxito.
Hace algunos años decidió participar en el curso La Curación del Niño Interior, buscando solución para otros problemas que la aquejaban en sus relaciones familiares. Durante el curso trabajó y recorrió ese camino a su interior y pudo descubrir la raíz de sus heridas emocionales.
Después de algunos meses nos encontramos. Su cara lucia radiante y nos mostraba sus manos, hermosas, restauradas, recuperadas, con las uñas crecidas, pintadas, perfectamente arregladas. Ya no volvieron a ser motivo de vergüenza. Nos comentó que en el Curso se había dado cuenta de los miedos que la mantenían atrapada en esa ansiedad, que la llevaba a comerse continuamente sus uñas. El trabajo realizado en el Curso le ayudó a sanar esa herida y desde ahí se está ejercitando en crecer la confianza y la alegría que la mantienen ahora en un estado saludable con paz, confianza y alegría.
¿Por qué quedamos atrapados en hábitos, sentimientos o costumbres que nos es difícil superar, por no decir, imposibles de romper? ¿Por qué muchas veces acabamos frustrados, llenos de impotencia y de rabia, miedo y desesperación?
Esto nos sucede porque tenemos daños en nuestras emociones y en nuestros hábitos, que se generaron por tratos inadecuados recibidos en la infancia, dañando a nuestro Niño Interior.
¿Qué es el Niño Interior?
Responder a esta pregunta es fundamental porque a veces se entiende que el Niño Interior es una especie de bebé no desarrollado que se tiene misteriosamente dentro de nosotros y que necesita ser curado. También puede entenderse el Niño Interior como un “otro yo”, distinto de nosotros mismos, como si se tratara de otra persona.
El Niño Interior es una parte de nosotros mismos que no ha podido crecer, que no ha podido desarrollarse adecuadamente; no ha crecido, madurado, porque está herida, lastimada.
El Niño Interior es una parte de nosotros mismos que no pudo crecer adecuadamente y que actúa inadecuadamente en la vida adulta.
¿Que le ocurrió al Niño Interior?
Fue lastimado por un trato inadecuado recibido en la infancia y por lo tanto necesitamos realizar un proceso de curación. Al igual que las heridas físicas, la tarea de sanar las heridas emocionales pasa por un proceso:
  1. Darte cuenta de que tienes heridas interiores que se manifiestan de muy diversos modos: malestar emocional, irritabilidad, miedo, ansiedad, vergüenza, tendencias depresivas, dificultades para establecer relaciones saludables con los demás, baja productividad en el trabajo, baja autoestima, problemas de codependencia, etc.
  2. Detectar la causa. Normalmente la causa se encuentra el un trato inadecuado recibido en la infancia o en la falta de atención para satisfacer necesidades emocionales: agresiones físicas, verbales, emocionales, abandono, descuido, carencias económicas fuertes, etc.
  3. Realizar un proceso de sanación de las heridas interiores. Es necesario aceptar el propio dolor emocional y hacer un proceso profundo de reconciliación con la propia historia, mediante el proceso de duelo y el perdón profundo.
La Curación del Niño Interior libera de los daños emocionales, generando una experiencia de paz y serenidad que permite reanudar el camino del crecimiento personal. Permite además realizar los nuevos aprendizajes para desarrollar las capacidades y habilidades personales y sociales que son indispensables para vivir una vida plena en el presente.
Para ver más información de nuestro Curso La Curación del Niño Interior, da clic en el siguiente enlace:
https://www.curaciondelninointerior.com/actividades/la-curacion-del-nino-interior/

Lo que más me sorprende

 Lo que más me sorprende del hombre occidental
es que pierde la salud para ganar dinero. 
Después pierde el dinero para recuperar la salud.

Y por pensar ansiosamente en el futuro, no disfruta del presente, por lo que no vive el presente ni el futuro.

Y vive como si no tuviera que morir nunca, y muere como si nunca hubiera vivido.

Dalai Lama

Vivir es un privilegio

Vivir es un privilegio 
Poder mirar el cielo azul… las nubes rasgadas… la brisa fresca de la   tarde… Poder correr descalzo por la arena, mojándote los pies con las aguas frescas y espumosas de una tarde en la playa… Poder gritar, cantar, bailar…
Poder mirar y reflejarte en la mirada de un niño pequeño… Cortar flores en el campo, oler sus aromas y perfumes, dejar entrar sus formas y colores…
Contemplar la variedad de razas, rasgos físicos, pueblos y tradiciones, música, canciones, baile y colorido… alimentos… rituales… arrullos…
En suma, VIVIR…
Porque la inmensa mayoría de las personas no vive: agoniza. Sobrevive día a día arrastrando su vida, literalmente empujándola, como un auto descompuesto y cuesta arriba…
Basta de sufrir, basta de lamentos. Es hora de despertar; es hora de poner las cosas en su lugar, para que puedas salir con los brazos abiertos y levantados, dejar atrás la oscuridad de los calabozos y de las pesadas cadenas interiores. Y liberado, dar un salto a la vida.
La vida es una fiesta, armonizada por una gran orquesta que, sin ti, no está completa…
Bienvenido al mundo, bienvenido a la vida…
Es hora de despertar. Basta de lamentos. ¡A caminar!
Gema Torres de Balderas

Los indios Cherokee…

Los indios Cherokee tienen un ritual muy especial a través del cual los niños pasan a ser adultos. Cuando el niño empieza su adolescencia, su padre lo lleva al bosque, le venda los ojos y se va, dejándolo solo.

El joven tiene la obligación de sentarse en un tronco toda la noche y no puede quitarse la venda de los ojos hasta que los rayos del sol brillan de nuevo al amanecer. Él no puede pedir auxilio a nadie. Pero una vez que sobrevive esa noche, ya es un hombre. Esta es una experiencia personal y el joven tiene prohibido comentar o platicar de su vivencia con los demás chicos.

Durante la noche, como es natural, el joven está aterrorizado. Él puede oír toda clase de ruidos: bestias salvajes que rondan a su alrededor, lobos que aúllan… o quizás, hasta algún humano que puede hacerle daño. Escucha el viento soplar y la hierba crujir, pero debe permanecer sentado estoicamente en el tronco, sin quitarse la venda, ya que ésta es la única manera en que puede llegar a ser un hombre ante los ancianos de su tribu.

Finalmente, después de esa horrible noche, aparece el sol y el niño se quita la venda… es entonces cuando descubre a su padre sentado junto a él. Su padre no se ha separado de su lado ni siquiera un instante, velando durante la noche en silencio, listo para proteger a su hijo de cualquier peligro sin que él se dé cuenta.

De esa misma forma, nosotros tampoco estamos solos. Aun cuando no podamos verlo, en medio de las oscuridades de la vida, nuestro Padre Celestial está a nuestro lado, velando por nosotros, cuidándonos y protegiéndonos de los peligros que nos acechan. Por eso, cuando vengan los problemas y las sombras nos envuelvan, lo único que tenemos que hacer es confiar en Él, con la seguridad de que algún día vendrá el amanecer, nos quitaremos la venda y lo veremos cara a cara tal cual es.

Antes de entrar en el mar…

Dicen que antes de entrar en el mar, el río tiembla de miedo.

Mira hacia atrás y ve todo el camino que ha recorrido: las cumbres, las montañas, el largo y sinuoso camino que ha abierto a través de selvas y poblados.

Y ve frente a sí un océano tan grande que, entrar en él, sólo puede significar desaparecer para siempre. Pero no hay otra manera; el río no puede volver. Nadie puede volver. Volver atrás es imposible en la existencia. El río necesita aceptar su naturaleza y entrar en el océano.

Solamente entrando en el océano se diluirá el miedo, porque sólo entonces sabrá el río que no se trata de desaparecer en el océano, sino convertirse él mismo en océano.

Khalil Gibran

El secreto de la vida

Un campesino acostumbraba a decirle a sus hijos cuando eran niños: 
-Cuando tengan 12 años les contaré el secreto de la vida.
-Cuando el mas grande cumplió los 12 años le preguntó ansiosamente a su padre cuál era el secreto de la vida.
El padre le respondió que se lo iba a decir, pero que no debía revelárselo a sus hermanos.
-El secreto de la vida es este: La vaca no da leche.
-¿Qué dices?- preguntó incrédulo el muchacho.
-Tal cual lo escuchas, hijo: La vaca no da leche, hay que ordeñarla. Tenes que levantarte a las 4 de la mañana, ir al campo, caminar por el corral lleno de excremento, atar la cola y las patas de la vaca, sentarte en el banquito, colocar el balde y hacer los movimientos adecuados!
Ese es el secreto de la vida. La vaca, la cabra, o la llama no dan leche. Las ordeñas…o no tienes leche.

Cómo tener valor para vencer los temores

Cuando tenemos el Niño Interior herido, somos presas fáciles del miedo y el temor. Aprende a vencerlos para que tengas una vida plena y feliz.

Cómo tener valor para vencer los temores 

  1. El temor

Crecer, desarrollarse, madurar, progresar es caminar hacia un mundo desconocido, en el que nunca hemos estado.

El temor es el estado de ánimo que nos hace huir de las cosas que consideramos arriesgadas o peligrosas. Es el miedo o la sospecha de sufrir un daño futuro. Generalmente experimentamos temor hacia aquello que no conocemos. Como el crecimiento personal es un paso hacia el mundo desconocido del futuro, el proceso de avanzar y de crecer nos da miedo y temor.

Muchas personas se detienen en el proceso de maduración personal y cancelan sus posibilidades de felicidad y éxito porque quedan paralizadas por el temor y el miedo. No tienen la fuerza necesaria para seguir adelante.

  1. El Valor

Para dar pasos siempre hacia adelante, para continuar creciendo, madurando y ser felices, es necesario tener valor. El valor es necesario para progresar, el valor es el estado de ánimo que nos mueve a acometer resueltamente grandes empresas y a arrostrar los peligros. Es el valor el que nos hace osados, valerosos, firmes, fuertes, resueltos, decididos, perseverantes para continuar adelante a pesar de las dificultades y problemas de la vida, a pesar de las derrotas e incluso del dolor.

  1. El Amor

Donde hay amor no hay temor. El amor es la única fuerza que echa fuera de nosotros el temor. Para tener valor hay que amar. Quien ama poco, tiene poco valor. Quien ama mucho, tiene mucho valor, al punto de que es capaz de dar la vida por aquello que ama.

Amamos aquello que para nosotros es importante, aquello que queremos y deseamos por encima de todas las cosas. El amor nos da el valor necesario para hacer lo que sea, con tal de alcanzar aquello que amamos. El amor genera en nosotros el valor para comprometernos, para trabajar intensamente, para prepararnos, para aprender todo aquello que necesitamos saber para alcanzar los objetivos más valiosos de nuestra vida.

Y tú ¿qué es lo que más amas en la vida?

  1. Apoyos

Ponemos a tu disposición los siguientes audios que te ayudarán en tu proceso de crecimiento personal. (Da clic en el título del audio)

  1. Cómo vencer la indecisión

  2. Cómo manejar mis sentimientos

Tenacidad y valor para alcanzar tus metas

Tenacidad y valor para alcanzar tus metas

Por Lic. Arturo Balderas

  1. La Visión

Tener éxito en la vida consiste en proponerse metas, trabajar y conseguirlas. Las metas que cada uno se propone dependen de la propia vocación, del propio llamado personal en la vida y de la visión que tenemos de lo que es valioso e importante.

La visión interior está formada por: mis valores, lo que vale la pena, lo que es importante. La visión es necesaria pues es la luz que permite que podamos tomar decisiones en la vida. La visión es totalmente personal, es fruto de mi propia interioridad, es única, es irrepetible.

Es resultado de mi formación, de mi educación, de mi experiencia. Debe ser cultivada con cuidado y con responsabilidad, revisada permanentemente, corregida, enriquecida, probada. Y como proviene del interior, nos exige fidelidad. La fidelidad a la propia visión es honestidad, congruencia, fidelidad a la propia verdad.

  1. Conflictos

Como la visión es única e irrepetible, no es posible que coincida totalmente con la visión de los demás. Por esta razón, con frecuencia nuestra visión encontrará obstáculos. Los demás, que tienen visiones diferentes, no estarán de acuerdo con nosotros, nos cuestionarán, se opondrán e incluso, intentarán bloquear las decisiones y esfuerzos que realizamos para alcanzar las metas que se desprenden de nuestra visión.

  1. El valor y la tenacidad

La fidelidad a sí mismo con frecuencia es un camino solitario. Da miedo seguir adelante, tomar decisiones, arriesgarse. La valentía, la capacidad de asumir riesgos, atreverse a cometer errores, continuar adelante a pesar de la oposición de los demás, la automotivación, la fortaleza interior, son cualidades indispensables para caminar en la vida siendo fieles a nuestra vocación y a nuestra visión.

Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.

Te recomendamos estos audios para avanzar en este tema (da clic en el título):

  1. 10 Mandamientos para vivir en paz
  2. Cómo agregar alegría a tu vida
  3. Oponerse y decir “no” también es amar
  4. Inteligencia emocional

El monje y el periodista

Un Monje estaba siendo entrevistado por un periodista de Nueva York. 

El periodista comenzó
entrevistando al Monje según lo planeado anteriormente.

Periodista: “Señor, en su última conferencia, nos contó sobre” Contacto “y” Conexión “. Es realmente confuso. ¿Puede explicarlo?”

El monje sonrió y aparentemente se desvió de la pregunta que le hizo al periodista:

“¿Eres de Nueva York?”

Periodista: “Sí …”

Monje: “¿Quién hay en casa?”

El periodista sintió que el Monje estaba tratando de evitar responder a su pregunta, ya que era una pregunta muy personal e injustificada. Sin embargo, el periodista dijo: “La madre había fallecido . El padre está allí. Tres hermanos y una hermana. Todos casados ​​…”

El Monje, con una sonrisa en su rostro, volvió a preguntar: “¿Hablas con tu padre?”

El periodista parecía visiblemente molesto …

El Monje: “¿Cuándo hablaste con él por última vez?”

El periodista, reprimiendo su molestia, dijo: “Puede ser hace un mes”.

El Monje: “¿Ustedes, hermanos y hermanas, se encuentran a menudo? ¿Cuándo se reunieron por última vez como una reunión familiar?”

En este punto, el sudor apareció en la frente del periodista.

Parecía que el Monje estaba entrevistando al periodista.

Con un suspiro, el periodista dijo: “Nos reunimos por última vez en Navidad hace dos años”.

El Monje: “¿Cuántos días estuvieron todos juntos?”

El periodista (secándose el sudor de la frente) dijo: “Tres días …”

El Monje: “¿Cuánto tiempo pasaste con tu padre, sentado a su lado?”

El periodista parecía perplejo y avergonzado y comenzó a garabatear algo en un papel …

El Monje: “¿Desayunaron, almorzaron o cenaron juntos? ¿Le preguntaron cómo estaba? ¿Le preguntaron cómo pasan sus días después de la muerte de su madre?”

Las lágrimas comenzaron a fluir de los ojos del periodista.

El Monje sostuvo la mano del periodista y dijo: “No se avergüence, moleste o entristezca. Siento haberlo lastimado sin saberlo … Pero esta es básicamente la respuesta a su pregunta sobre” Contacto y conexión “. Tienes ‘Contacto’ con tu padre pero no tienes ‘Conexión’ con él. No estás conectado con él. La conexión es entre corazón y corazón …
Sentados juntos, compartiendo comidas y cuidándose, tocándose, dándose la mano, teniendo contacto visual, pasando un tiempo juntos … Todos sus hermanos y hermanas tienen ‘Contacto’ pero no ‘Conexión’ entre ellos … “

El periodista se secó los ojos y dijo: “Gracias por enseñarme una excelente e inolvidable lección”.

Esta es la realidad hoy.
Ya sea en casa o en la sociedad, todos tienen muchos contactos, pero no hay conexión. Todos están ocupados en su propio mundo. …

No mantengamos solo “Contactos”, sino que permanezcamos “Conectados”. Cuidar, compartir y pasar tiempo con todos nuestros seres queridos.

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